Las aventuras de la China Iron

Gabriela Cabezón Cámara

En Las aventuras de la China Iron, Gabriela Cabezón Cámara parte del célebre poema gauchesco de José Hernández, Martín Fierro –pieza clave del canon literario argentino– y desafía, a partir de su reescritura, la tendencia a que las historias nacionales latinoamericanas se cuenten siempre desde imaginarios culturales binarios (hombre/mujer, civilización/barbarie, criollo/indígena, cultura/naturaleza). Pero es más que una reescritura, es una reinvención libre y con una originalidad brillante, que pone el foco en temas centrales como el colonialismo, el feminismo, las disidencias sexuales y la ecología. 

La novela narra el viaje de la China, la joven esposa de Martín Fierro, que en el poema original apenas es mencionada y que acá se convierte en protagonista y en narradora. Tras la partida de su esposo al ejército, emprende una travesía junto a Liz, una británica que le abrirá las puertas del deseo, la reflexión y la libertad. Juntas recorren la pampa argentina en carreta, viviendo experiencias que transforman a la protagonista profundamente. En este viaje, la China no sólo vive un despertar sexual, sino afectivo y político, lejos de los roles impuestos por el género y la cultura hegemónica.

Lo que comienza como un desplazamiento geográfico se transforma en un viaje subjetivo, interno. Hay un paralelismo entre el recorrido por las pampas y el proceso de autodescubrimiento de la China. Al comenzar la lectura, la voz narrativa genera cierta extrañeza: ¿cómo puede hablar y pensar así una joven, casi niña, con ese trasfondo y en ese contexto? Sin embargo, a medida que la historia avanza, esa voz se vuelve verosímil porque crece con el viaje, se construye en el descubrimiento. La voz narrativa no podría existir sin esa travesía: la China descubre su voz, su cuerpo y su visión del mundo. Esa voz es, además, compleja: híbrida, en el sentido en que mezcla idiomas y registros diversos; y también muy poética, con la extrañeza y la belleza que la poesía siempre conlleva. Pero, justamente, esa voz solo puede nacer del viaje, de las peripecias y aventuras que se despliegan al ritmo de la transformación interior de la protagonista.

La novela es también una celebración de la sensualidad. Hay una correspondencia entre las  escenas sexuales y las descripciones del paisaje, ambas cargadas de imágenes de una intensidad desbordante. El deseo se funde con la tierra, con el clima, con los colores; el paisaje no es simplemente un entorno: es un personaje más. La naturaleza está entrelazada con los cuerpos de los personajes y con los hechos que los atraviesan. 

Además, la historia propone una forma de estar en comunidad que no se limita a los vínculos entre personas, sino que incluye también la relación respetuosa con la naturaleza. Hay una conciencia del cuidado del entorno, una sensibilidad hacia los ritmos y formas de vida no humanas presente en toda la narración.

Las aventuras de la China Iron no solo revisita un clásico de la literatura argentina: lo desmonta, lo subvierte y lo vuelve a imaginar desde los márgenes. Con una voz original y poderosa, Gabriela Cabezón Cámara propone otra forma de narrar la identidad, el deseo, la historia y el territorio. Una novela que, al cuestionar los relatos fundacionales, abre espacio para nuevas formas de vida, de lenguaje y de comunidad.

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Penguin Random House